Durante mi carrera comencé a
interesarme en los procesos educativos, cómo aprendemos, por qué aprendemos,
qué queremos aprender, aunque no estudié psicología o pedagogía, lo cierto es
que el tema me ha atrapado, por lo que mis pláticas con varios estudiantes y
amigos en verdad me han hecho pensar en diversas cuestiones que giran alrededor
de la educación actual.
Por poco más de dos años trabajé en el sector educativo (mi primer trabajo), no como profesor, sino como administrativo en un puesto… un tanto complicado de definir. El asunto es que en ese tiempo estuve muy cerca de los alumnos de varias carreras universitarias, cada una de ellas con un perfil diferente y por ende con muchos alumnos de una cantidad infinita de personalidades.
Alguna vez, una alumna me hizo el
comentario “ya me quiero graduar, no quiero seguir perdiendo el tiempo.” Su
frase, admito, me sacó mucho de onda; ¿seguir perdiendo el tiempo? ¿si está
perdiendo el tiempo, por qué avanzó hasta séptimo semestre? Estas fueron algunas
de las preguntas que me hice en ese momento, y la verdad es que a la fecha me
las sigo preguntando, pero cada vez entiendo (o creo entender) hacia dónde iba
el comentario.
Hace un poco más de cuatro años,
en una fiesta de graduación me tocó escuchar un discurso de agradecimiento de
uno de los graduados, en su discurso dijo “la educación universitaria no sirve”
cosa que sinceramente me taladró los oídos ¡estábamos en fu fiesta de
graduación de la universidad y dice que la educación universitaria no sirve! Creo
que desde ahí fue cuando me comencé a cuestionar sobre el valor de la educación
y los pros y contras que existen alrededor de la oferta académica, de la
demanda, y de cómo nos enseñan.
Trabajando, me tocaron cambios en
modelos educativos, estuve momentáneamente inverso en procesos de educación en
línea, me tocó ver el desarrollo e implementación de nuevas estrategias y pude
escuchar opiniones de estudiantes, profesores y directivos en torno a todo
esto, lo cual de nueva cuenta me puso a pensar. Lo que he deducido, en mi nada
experta opinión, es que la educación ha cambiado hacia un paradigma realmente
poco explorado, el cual es el desarrollo de habilidades, pero no habilidades
como aprender a caminar o leer, sino habilidades fundamentadas en un conocimiento
teórico que se practican día con día en el ejercicio profesional.
Los alumnos que actualmente están
en las universidades aprenden haciendo, por lo que las clases teóricas les
resultan lo más absurdo. Responden mejor al desarrollo de actividades, y si son
fuera de la universidad lo asimilan mejor. Complementar la teoría con
aplicación real, ese es el nuevo reto.
Ahora bien, ¿los alumnos saben
que ellos requieren de nuevos modelos? ¿los alumnos están dispuestos a recibir
otro tipo de educación? ¿los profesores están dispuestos a modificar sus
procesos e incluso diseñar nuevos? Las respuestas para estas preguntas son muy
variadas, ya que no todos los involucrados se lo han planteado. Varios alumnos
alguna vez me externaron no querer participar en nuevas dinámicas educativas
que implicaran salir de las aulas, trabajar con otras carreras, o incluso hacer
uso de nuevas tecnologías y otros me externaban lo tedioso de tener que ir a
una clase donde solo tenían que leer, escribir y participar solo alrededor de planteamientos
teóricos, con solo pocas referencias a una situación real.
Por el otro lado, los profesores
batallan en cambiar para mejorar, hacen el intento y poco a poco innovan y
generar nuevas maneras de participación y de desarrollo de habilidades y pensamiento
crítico. Un ejemplo muy interesante y relativamente sencillo fue el proyecto
final desarrollado pon un profesor de metodología cualitativa para la
investigación, puso a los alumnos de la carrera de comunicación a ver a ver
telenovelas, si, telenovelas. Esto tenía como finalidad llenar una matriz sobre
violencia en la televisión y así identificarla en diferentes manifestaciones.
Cuando me lo contó no pude más que asombrarme y celebrarlo, especialmente
porque muchos reniegan de las telenovelas mexicanas sin siquiera haber visto un
capítulo y porque este ejercicio realmente representa un impacto en varias
cuestiones, como lo es la producción de medios, cuestiones socioeconómicas,
impacto cultural, por mencionar algunos.
¿Es la educación algo redituable?
Esta pregunta va ligada con qué tan importante es la educación hoy en día. Justamente
encontré este video, el cual plantea varias preguntas sobre estudiar una
carrera. Lo más interesante son los comentarios que espectadores han dejado en
él.
Diseñar nuevas propuestas
educativas, aterrizarlas, implementarlas e impulsar a que los alumnos entiendan
y valoren el extra que da el uso de materiales digitales, nuevas herramientas
tecnológicas y nuevos espacios, es el verdadero reto. Es imperante que ambas
partes pongan lo mejor de cada quien para poder desarrollar esta nueva ola de
aprendizaje práctico, se requiere de alumnos y profesores entusiastas abiertos
a retos y a aprender “fuera de la caja” ya que, en verdad, el futuro (más bien
el presente) está en saber hacer y resolver.
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